
Valtuille de Abajo presume de ser el epicentro en lo que a viticultura berciana se refiere. Un pequeño pueblo de apenas 100 habitantes, con mucha ocupación de viñedos, parcelas de cepas centenarias y algunos de los parajes más populares y envidiados del Bierzo. Está situado en las faldas del Castro de la Ventosa, antiguo asentamiento romano y vestigio de la extensa historia vitivinícola de este lugar que bien podría emparejarse a la reputada Cote d’Or de la Borgoña. En Valtuille de Abajo se concentran más de doce bodegas, algunas de las más distinguidas y afamadas del Bierzo, y los vinos que salen de Valtuille se pueden encontrar en muchos de los restaurantes más exclusivos de los cinco continentes. Con todos estos ingredientes, nadie esperaría que Valtuille de Abajo siga siendo un pueblo vaciado, víctima todavía del éxodo rural. No hay tiendas, ni escuelas, muchas casas en abandono y un solo bar, impulsado por los propios vecinos y bodegueros en las antiguas escuelas para contar con al menos un cantina en el pueblo. Los que permanecen son los abuelos y los valientes. Esos románticos empedernidos tan apegados a la tierra y a las viñas que resistieron por ese amor al terruño, al hogar y al legado familiar.
Este es el caso de Marcos y Elena García, los dos hermanos al frente de Vinos Valtuille. La familia se dedicaba al cultivo de viñedos. Como era habitual, vendían las uvas o el vino a granel. Pero cuando la uva dejó de ser rentable, hubo que tomar una decisión y animado por su amigo desde la infancia, Raúl Pérez, decide en 1999 fundar la bodega Vinos Valtuille. Marcos dejó su trabajo para dedicarse exclusivamente a las viñas y se lanzó al mercado con una etiqueta, Pago de Valdoneje. ‘La viña del paraje de Valdoneje es la primera y más vieja de la familia, que adquirió nuestro abuelo a principios del siglo XX’, explica Elena.
Marcos ha crecido entre las viñas, junto a su abuelo y su padre. ‘Las viñas es el lugar donde me gusta estar, más que en la bodega’, reconoce. Pero era el momento de apostar por la bodega y por la calidad. Junto a su padre, construyeron la bodega en una de las lomas que rodean Valtuille de Abajo, frente al Castro de la Ventosa. El primer año elaboró 12.000 botellas y le costó sudor y muchos quebraderos de cabeza salir adelante. Pero lo hizo, con la ayuda y el apoyo del entorno de Valtuille. Autodidacta y convencido de que el trabajo en la viña es el paso más importante para obtener un vino de calidad.
Su padre le ayudaba pero Marcos se ocupaba prácticamente de todo: el funcionamiento de la empresa, el cuidado del viñedo, la vinificación y la comercialización. ‘Fue muy duro, pase muchas noches en vela, sin dormir y aún hoy me pregunto si hice lo correcto porque sigue siendo duro y cuesta mucho que el mercado entienda y reconozca todo el trabajo que hacemos’. Se refiere a todas las horas necesarias para trabajar esas viñas viejas y de difícil cultivo frente a los viñedos jóvenes más productivos, mecanizables y rentables. “Lo que pasa con la viña y el vino es que engancha. Es duro pero muy bonito’.
En 2012 se incorpora a la empresa Elena, graduada en Administración y Dirección de Empresas, que se ocupa hoy del área de administración y distribución y constituyen el tándem perfecto. ‘Nunca pensé que me dedicaría al vino trabajando con mi hermano pero reconozco que dedicarme al negocio familiar en el pueblo resulta gratificante y se convierte al final en una forma de vida’. Elena García es una de esas mujeres jóvenes que apuestan por el vino y el desarrollo agroalimentario en el Bierzo y defiende con voz firme la fertilidad de la tierra y la gran versatilidad de la mencía.
Han pasado más de 20 años y hoy Vinos Valtuille cuenta con 15 hectáreas de viñedo repartidas en casi un centenar de parcelas situadas en Valtuille y Villadecanes. Cepas que tienen entre 60 y 110 años, cultivadas en vaso, al modo tradicional, en una encrucijada de suelos, altitudes y orientaciones que Marcos trabaja con el esmero con el que antes se cuidaban las viñas, es decir, con esfuerzo, con respeto y máximo cuidado de la tierra. ‘El gran cambio que se hizo en el Bierzo fue en la viticultura y el renunciar a los altos rendimientos en producción en favor de la calidad’, explica Marcos. Reconoce que ello le llevó a enormes discusiones con su padre pero hoy, con perspectiva, ambos coinciden en que ese era el camino.
No hay duda. Y no lo dicen ellos, lo dicen consumidores, distribuidores y catadores profesionales. Sus vinos han recibido excelentes críticas y puntuaciones por la guía Parker y por James Suckling. Su mencía joven, Pago de Valdoneje, con 92 puntos se convirtió en uno de los vinos jóvenes mejor valorados y les enorgullece que provenga de esa viña que les dejó su abuelo Antonio, quien al parecer les transmitió también ese apego a la tierra y honestidad con la que trabajan y que tan bien describen sus vinos.
Los vinos y parajes
La bodega produce hoy entorno a las 100.000 botellas al año (90.000 de mencía y 10.000 de godello) procedentes de algunas de las mejores parcelas y los mejores parajes de Valtuille: Cabanelas, Valdoneje, la Tellería, el Valao y este año sacarán al mercado su primer Rapolao y La Vitoriana.
De momento, en el mercado se encuentran seis referencias: un blanco godello, Pago de Valdoneje Godello, que elaboran desde 2015 de viñas con 25 años de edad y se mantiene en depósitos de acero inoxidable sobre sus lías durante 2 meses. Su tinto joven, Pago de Valdoneje Mencía, a 6,5 euros es relación calidad-precio imbatible teniendo en cuenta que se elabora con viñas de más de 85 años. Elaboran también un Pago de Valdoneje Viñas Viejas, procedente de cepas centenarias y con unos 11 meses de crianza en barrica.
La Tellería es un vino procedente de cepas de 85 años y suelos arcillosos que se hace de uvas seleccionadas en un fudre de 5.000 litros. Es fresco, frutal y con el marcado carácter de la uva de Valtuille. Y El Valao procede de la Finca el Valao, de 90 años de edad, situada en la zona sur de Valdoneje con orientación oeste. Se vinifica en depósitos de acero inoxidable de 1.000 litros de capacidad y envejece en barricas usadas de roble francés. Y finalmente, su top de gama, Cabanelas (93 puntos Parker) es un vino de parcela de uno de los parajes de mayor calidad dentro de Valtuille y su viñedo más viejo. Se elabora con 50% raspón y 50% uva despalillada y envejece en barricas de roble francés alrededor de un año.
Son todos vinos honestos y valientes, con la única pretensión de mostrar la máxima calidad y el terruño del que proceden en estado puro. Y eso es posible por el arraigo y la lucha diaria de estos dos hermanos que creen profundamente en su proyecto y en su región. Puro Valtuille. Nada más y nada menos.
Visitas y catas
Marcos y Elena reciben personalmente y con cordialidad a las visitas y les gusta charlar, enseñar las viñas y degustar sus vinos. Para reservas, hay que contactar previamente con ellos la visita en el teléfono +34 987 56 21 65 o en el e-mail info@vinosvaltuille.com.