César Márquez, la revolución en el Bierzo continúa (y funciona)

¿Se puede ser el sobrino del mejor enólogo del mundo y despuntar con nombre propio en el mundo del vino? Sí, se puede. ¿Se puede estar al frente de la bodega familiar y a la vez emprender tu propio proyecto personal y tener éxito en ambas firmas? Sí, se puede.  ¿Se puede buscar un estilo personal y hacer vino en el Bierzo más allá de Valtuille, Corullón o Rapolao? Por supuesto que se puede.

César Márquez, de 33 años, lo está demostrando. Día a día. Empezó su proyecto personal en 2015 y en 2018 sus vinos ya sobrepasaban los 95 puntos Parker y el año pasado la revista Decanter lo situó entre los 10 mejores enólogos españoles. Pero, ¿Quién es César Márquez?

Pertenece a una de las familias vitivinícolas más reconocidas del Bierzo: los Pérez de Valtuille de Abajo, propietarios de Castro Ventosa, que atesoran una larga tradición como productores de vino en el Bierzo. Sobrino del afamado Raúl Pérez, declarado por dos ocasiones mejor enólogo del mundo. ‘Históricamente, mi familia eran granelistas. Vendían vino a granel a bodegas más grandes y no es hasta 1989 que deciden empezar a embotellar su vino y crean la marca Castro Ventosa, con el nombre del yacimiento arqueológico prerromano de la zona’. Castro Ventosa es la bodega familiar, el origen y cuna de muchos enólogos que han elaborado allí sus vinos. Hoy es propiedad de 3 hermanos y un primo: Arturo, Mª Isabel (la madre de César), Raúl  -el enólogo- y José Daniel.

César desde muy joven se pega a su tío Raúl Pérez, que ya empieza a distinguirse como uno de los enólogos más relevantes de España a nivel internacional. El vino, podríamos decir, que lo lleva en la sangre pero reconoce que estudió en la escuela de Viticultura y Enología de Requena empujado por la familia. ‘Termino los estudios en 2011 y empiezo a trabajar en la bodega familiar pero entonces Raúl funda La Vizcaína y yo me voy con él a capacitarme e intentar aprender de su talento’. Codo con codo con su tío se pasa 7 años más dos vendimias de experiencia extra en Argentina, en casa de los Michelini, viticultores también de gran prestigio internacional. ‘A la vuelta de mi primera estancia en Argentina, Raúl me recoge en el aeropuerto y me anima a echar alas y elaborar mi propio vino’.

En 2015, César Márquez produce 4 vinos: un blanco y tres tintos de parcela. No fueron más de 1.300 botellas en total pero ya está completamente orientado hacia la zonificación. Elabora un blanco de viñas viejas de más de 100 años de godello y tres tintos de parcela muy distintos. ‘Quería romper con lo establecido y hacer algo totalmente distinto a lo que se hacía en Valtuille. Así que busco lugares diferentes, con suelos diferentes. Me voy a Pico Ferreira, a 700 metros de altitud, que es una ladera de pizarras con suelos totalmente distintos a Valtuille donde predomina la arcilla. Y encuentro también otra parcela de suelos calcáreos, donde elaboro el Sufreiral’. El tercer vino parcelario de César Márquez es un Rapolao, el grand cru de Valtuille de Abajo.

A la par, en 2017, se pone al frente de Castro Ventosa como enólogo principal aunque cuenta siempre con el apoyo de su tío Raúl. ‘Nos juntamos muy a menudo para probar, hacer las mezclas y debatir sobre el vino’. Y sigue avanzando en su proyecto personal que hoy ya posee bodega propia con cerca de 80 barricas para la vinificación y crianza de sus vinos aunque para muchas cosas requiere aún del apoyo logístico de la bodega familiar. ‘Sé que soy muy afortunado. Sin Castro, yo no podría haber hecho ni crecido tanto en tan poco tiempo’.

Así es. De las 1.300 botellas en 2015 ha saltado a las casi 30.000 en 2021. Aunque solo hacen falta 10 minutos para detectar que más allá de la suerte, César ha tenido y tiene ganas, pasión, intuición y olfato. ‘En Castro intento mantener un perfil de vinos más sobrio, tradicional, en armonía con lo que esta bodega y los vinos de Valtuille representan. En mi proyecto personal, soy más arriesgado’.

No se cansa de recorrer el Bierzo, las viñas, de hablar de los parajes, de hacer pruebas en bodega, de explicar sus vinos y el porqué de sus vinos y defender el Bierzo y la gran expresividad del terroir en la mencía. Su estilo, precisamente, va de la mano con su discurso. Como su tío, busca interpretar los lugares, su tipicidad y respetarlos en la bodega.  ‘Vinifico siempre por separado cada paraje y las parcelas que más me gustan. Llego a hacer hasta 45 vinificaciones respetando en cada una las variedades presentes en los viñedos viejos tradicionales donde la mencía es la variedad principal pero también suele haber algo de garnacha tintorera y uva blanca’. Los vinos se fermentan de manera espontánea en diferentes recipientes con proporciones importantes de raspón y maceraciones largas. Después pasan un año en barrica y seis meses en botella. Siguiendo el modelo borgoñés, hoy elabora un vino de región (Parajes), un vino de villa (Valtuille), tres de parajes (Rapolao, Pico Ferreria y Sufreiral) y un blanco (La Salvación).

Le gusta andar en las viñas especialmente antes de la vendimia para probar las uvas y decidir el momento justo de inicio de recogida de las uvas. ‘Yo suelo vendimiar bastante pronto, cuando la uva aún está crujiente, que no dulce. Así consigo vinos con graduaciones más bajas (entre 12,5% y 13,5%), menos robustos, más bebibles y elegantes y juego con porcentajes de raspón para conseguir textura y complejidad’.

Gracias a su tesón y talento, César Márquez está adquiriendo voz propia y le llueven reconocimientos por méritos propios. Desde hace 10 años que su vida la dedica por entero al vino. Tanto, que le cuesta contestar si le preguntas por otros hobbies que no tengan relación con el vino. ‘Yo, probablemente, voy a hacer vino hasta el año que me muera. Porque este mundo engancha. Si entras y te gusta, ya es imposible salir. Es una pasión y disfruto con mis amigos, probando vinos, añadas, de viticultores de todo el mundo e intentar ver hacia dónde van, porqué este lugar es mejor que este otro, como cambian los climas, la variedad…’.

Y tiene solo 33 años y toda una vida por delante para sorprendernos aún más. Sin duda, yo desde hoy me declaro entusiasta seguidora.


La Salvación

Variedad: 100% Godello
Elaboración: Uvas procedentes de viñas viejas. Despalillado y maceración en frío durante 24 horas. Se prensa y se trasiega directamente a barrica, donde realizará la fermentación. Fermentación muy lenta, de 9 meses, prescindiendo de control alguno de temperatura. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés usadas.
Cata: Color pajizo brillante. Paladar muy equilibrado y sabroso, con un toque picante y un final casi salado.
Alcohol: 12,5%
Precio: 19,90 euros


Pico Ferreira

Variedad: 85% Mencía, 10% Alicante bouschet, 5% variedades blancas
Elaboración: Fermentación en recipientes de 1000 litros, sin control de temperatura. La uva se pisa suavemente con los pies, para que una parte siga estando entera en la fermentación, que se realiza de manera espontánea por la propia levadura. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés usadas..
Cata: Destacan los aromas a frutos rojos maduros con notas tostadas muy sutiles. En boca la pizarra se expresa con carácter y amabilidad, alargando el final del vino.
Alcohol: 13%
Precio: 30,90 euros


Sufreiral

Variedad: 85% Mencía, 10% Alicante bouschet, 5% variedades blancas
Elaboración: Vendimia manual y selección de la uva de una pequeña parcela marcada por la altitud y el suelo de piedra caliza (muy escaso en el Bierzo). Los racimos enteros fermentan en barriles abiertos con levaduras autóctonas y un porcentaje de raspón. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés.
Cata: Aromas a fruta roja intensa, con especias de pimienta, aromas terrosos, toques herbáceos agradables y recuerdos claramente minerales. Con un tanino pulido y especial y una mineralidad que lo hace elegante y delicado.
Alcohol: 12,50%
Precio: 30,90 euros


Rapolao

Variedad: Mencía y otras
Elaboración: Estricta y minuciosa selección de la uva en el viñedo. Tras la vendimia manual, ya en la bodega, los racimos enteros fermentan en barriles abiertos con levaduras autóctonas. Finalizada la fermentación realizan una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.
Cata: Es un vino concentrado, expresivo y fresco. Los aromas de fruta roja madura sobresalen por encima de las notas ahumadas y de especias. En boca es directo, con intensidad y volumen.
Alcohol: 13%
Precio: 29,90 euros

Publicado por maiteruiza

Periodista. Especialista en Vinos. Autora de El Viaje al centro del Vino

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