‘Soñar a lo grande’. Ese es el lema de José Moro para el vino, para la vida y para la familia. Hijo y nieto de bodegueros, preside Bodegas Emilio Moro y Cepa21, dos de la bodegas internacionalmente reconocidas de Ribera del Duero. Ha triunfado con sus tintos pero ansiaba elaborar también un blanco de calidad y para ello se fijó en el Bierzo y en el godello. Allí ha adquirido 60 hectáreas de terreno y las ha plantado todas con la variedad godello. No pudimos quedar personalmente para la entrevista pero nos envió vía email las respuestas del cuestionario a #Maestrosdelvino.
¿Qué es para usted el vino? El vino es para mi parte de mi ADN, me he criado conociendo sus secretos, escuchándolo (como decía mi padre) y aprendiendo mucho de él.
¿Y qué tiene el Bierzo de especial? El Bierzo es una región con un terroir magnífico que engrandece los matices de una uva fantástica como es la godello.
¿Recuerda cuál fue el primer vino que probó? El vino que se elaboraba en mi casa antiguamente. Nuestros vinos siempre han estado presentes en mi vida y, con ellos y el legado de mi familia he aprendido todo lo que sé.
Tres vinos que se llevaría a una isla desierta. Malleolus, La Revelía y Cepa 21.
¿Con quien compartiría una de sus mejores botellas? Con mi padre, me encantaría volver a descorchar una botella juntos.
¿Cuál es el secreto de un buen vino? La pasión.
¿Qué región vitivinícola no debo dejar de visitar? Ribera del Duero o El Bierzo, por supuesto.
¿Una variedad curiosa que le haya sorprendido recientemente? La variedad Albillo. Estamos haciendo las primeras pruebas con esta variedad en Bodegas Cepa 21 y creo que tiene un gran potencial.
¿Y qué opina de una persona que no toma vino? Que se pierde un mundo maravilloso, le invito a encontrar su vino ideal, que seguro que hay uno que se adapta a sus gustos.
Su momento preferido para tomar un vino. Cada momento tiene su magia, pero volver de trabajar y, en tu soledad, tomarte una copa de un gran vino, eso no tiene precio.
¿Algo del mundo del vino que le haya sorprendido últimamente, para bien o para mal? Nunca me dejará de sorprender la capacidad de adaptación que tiene el mundo del vino al cambio. Quién nos iba a decir hace décadas que, a día de hoy, estaríamos aplicando los últimos desarrollos tecnológicos a nuestro alcance o que nos sumergiríamos en el ecommerce como lo hemos hecho. Todo se basa en soñar a lo grande.
Un maridaje ideal. Una botella de Emilio Moro con unas chuletillas de lechazo de mi tierra.
Y si tuviera que maridar un vino con una canción… La Revelía con My Sweet Lord, de Billy Preston.
Acabe la frase: al vino del Bierzo le falta…. le falta un poco más de impulso para salir a comerse el mundo, pero lo conseguiremos todos los que amamos esta región.
¿Y al vino español? Le falta creernos más que somos grandes, que tenemos un gran potencial y que somos de las mejores regiones vitivinícolas del mundo capaz de enamorar a nuestros consumidores allá donde vayamos.
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